El Padre Benoît Grière, Superior General, En Lacomunidad Del Teologado Internacional De Buenos Aires

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            El Padre Superior General de los Agustinos de Asunción, Benoît GRIÈRE, estuvo en la Provincia Andina a partir del viernes 2 de marzo hasta 29 de este mismo mes. Su presencia en esta Provincia tiene tres motivos importantes. En primer lugar, el Padre General viene para su visita canónica; en segundo lugar, por el acontecimiento de los votos perpetuos de los hermanos William RANDRIANADRASANA, Faustin Maurille PALUKU WAYOMEKA y Théodard KASEREKA MASTAKI; y, en tercer lugar, el Padre General tenía un encuentro con todos los religiosos jóvenes de la Provincia Andina quienes vinieron de Chile, Colombia y Argentina.

            Es importante subrayar que, para el Padre General, ésta es su tercera visita a esta Provincia. Su primera visita había sido en el año 2016, como dijo en su discurso a los hermanos de la casa de formación internacional de Buenos Aires. Este momento de visita canónica fue para nosotros de una gran alegría: de poder encontrarlo, de hablar con él. Fue una buena experiencia para conocernos mutuamente y para que él tuviera una idea sobre cada uno de nosotros. La vida religiosa asuncionista es una vida comunitaria y apostólica. Aprovechó esta visita para animar nuestra vida comunitaria y apostólica.

            Durante tres días, el Padre General nos ha escuchado y ha hablado con cada uno de nosotros con atención particular, y nos ha dado en esta ocasión muchos consejos que podrán ayudarnos a ir más lejos con ánimo y fortaleza. Estos tres días fueron de encuentro personal y de conocimiento mutuo entre los hermanos que vinieron de todos lados de la Provincia: de Chile, Colombia y Argentina.

            En sus palabras de apertura, el Padre General nos recordó el motivo y objetivo de fundar comunidades internacionales en la Congregación. Es necesario retener, en efecto, que esta decisión fue tomada en el Capítulo General de 2011 y el objetivo es preparar a los jóvenes como futuros pastores. La comunidad internacional es una apertura muy importante a la internacionalidad y a la interculturalidad.

            La charla del Padre General tenía tres puntos muy importantes, entre otros: la vida fraterna, la formación y la vida apostólica. Hablando de la vida fraterna, el Padre Benoît nos recordó que nosotros no nos hemos elegido. Por eso, tenemos que aceptarnos mutuamente, porque Aquél que nos une es más fuerte que lo que puede separarnos. También nos invitó a asumir la soledad positivamente si ésta llega. El primer trabajo que tenemos como religiosos es el de salir de sí mismo. Otro trabajo sería el de asumir las diferencias de nuestras ideas y opiniones. Somos todos Asuncionistas y tenemos que desarrollar el espíritu de catolicidad. El espíritu católico es una apertura a la esperanza, que debemos aportar aquí en Argentina. El Padre General presentó sus agradecimientos a los jóvenes estudiantes de teología por el aprendizaje del idioma español. La suerte que tenemos también es el descubrimiento de la cultura de los demás. No hay una cultura que supere a las otras. La vida religiosa está hecha de compromiso, de escucha y de diálogo.

            A continuación, el Padre General nos invitó a cultivar la noción de discreción y de intimidad comunitaria. Para ilustrar esto tomó el ejemplo de la valla que cerca nuestra casa. Según él, la verdadera valla es nuestra boca. No hay que salir y decir cualquier cosa afuera de la comunidad.

            Nuestra vida fraterna está hecha de amor. Como subraya nuestra Regla de Vida, “Aquél que nos une es más fuerte que lo que nos separa”. Para enriquecernos con sus consejos el Padre Benoît nos invitó a leer el libro de Jean Vanier, autor canadiense, titulado: «La comunidad hogar de fiesta y de perdón». Nuestra comunidad debe ser hogar de fiesta, de perdón, de alegría. El salmo dice que el amor y la verdad se encuentran, que la justicia y la paz se abrazan. El amor sin la verdad no es nada. Hay que desarrollar la comunicación, el diálogo y la justicia en la comunidad.

            A propósito de la formación, el Padre General dice que un Asuncionista no debe contentarse con lo mínimo. La decisión de crear las comunidades internacionales es para renovar el apostolado. Asuncionistas, somos apóstoles del Reino, esto supone el apostolado, la pastoral. Para llegar a ser un buen apóstol necesitamos la disponibilidad. El Padre aprovechó esta ocasión para agradecer a cada uno de los religiosos por su disponibilidad mostrada hasta ahora en el apostolado y en la misión; sin embargo, esta disponibilidad debe ser vivida conforme a nuestro carisma. Nos animó también al estudio. Nos recordó que el Padre Manuel d´Alzon, nuestro fundador, decía: “cuando se deje de estudiar en la Congregación es que su tiempo habrá pasado”. Los estudios de los que habla nuestro fundador tienen su utilidad e importancia para el apostolado, subrayó el Padre General. El Padre Bolivar debe velar porque el apostolado sea compatible con los programas de estudio, indicó.

            Al finalizar, antes de dar la palabra al Padre Marcelo MARCIEL, Vicario y Asistente General, el Padre Benoît nos reveló que la idea del Consejo General es de reforzar el equipo de formación de nuestro Teologado; esto será posible con la llegada del Padre Jorge Eduardo ROJAS GARCÉS, en el segundo semestre. Además, el Padre General presentó sus agradecimientos al Padre Bolivar PALUKU LUKENZANO por su compromiso y fidelidad en la misión. Hace exactamente 17 años que el Padre Bolivar vive en esta Provincia. Esto debería servirnos de ejemplo, añadió el Padre Benoît, antes de subrayar que no podemos minimizar el aspecto de la pastoral vocacional. En esta perspectiva, presentó a los hermanos que van a profesar los votos perpetuos.

Tomando la palabra, el Padre Marcelo nos recordó que tenemos una gran responsabilidad de cuidar a las almas como futuros pastores. Nos llamó la atención también a no tener miedo de los laicos asuncionistas, porque hacen parte de nosotros. No se puede entender un Asuncionista que se compromete sin el laicado asuncionista. El desafío que tenemos es el apostolado; y no hay que delegar el apostolado al solo superior.

Hno. Théodard KASEREKA MASTAKI, a.a.