El día 13 de marzo de 2018, los jóvenes sacerdotes, religiosos y postulantes que vinieron de Chile y Colombia y los de Argentina, aprovecharon la visita del Padre General y el acontecimiento de los votos perpetuos de los tres hermanos de la comunidad del Teologado, para tener un encuentro de intercambio y de formación. Este encuentro fue el tercero, porque en 2017 hubo uno en Bariloche y otro en enero de 2018, en villa Ramallo, la misión en Sánchez. Este encuentro fue organizado por el Consejo Provincial.
Fue animado por el Padre Bolivar PALUKU LUKENZANO, Superior del Teologado y Primer Asistente del Provincial. El tema, titulado “la Identidad y la Pertenencia”, nos mostró que la identidad y la pertenencia implican ser y sentirse parte de… Esto nos llama también a preguntarnos ¿por qué soy? Podemos decir que somos porque pertenecemos a un conjunto. Esto implica una entrega de sí mismo a los demás. No es algo accidental, sino una elección libre. Surge entonces la pregunta sobre la identidad. Nuestra identidad es Cristo. Identidad y pertenencia son dos caras de la misma moneda, decía el Padre Bolivar. Si Dios está con nosotros ¿quién puede separarnos? Soy signo de Cristo resucitado. Soy de Dios, le pertenezco porque habita en mí y en mis hermanos. El grano de la pertenencia es morir a sí mismo.
El Padre Bolivar dio la bienvenida al Padre General y al Padre Marcelo, antes de indicar que los encuentros fortalecen nuestros vínculos de vida fraterna. Subrayó, además, nuestra alegría por el acontecimiento de los votos perpetuos de los tres hermanos de nuestra comunidad y por la visita nuestro Padre General y de su Vicario General.
El Padre Juan Carlos MARZOLLA, Superior Provincial, aprovechó también para recordarnos lo que hemos vivido el año pasado en Bariloche, sobre todo la convivencia fraterna, y agradeció a todos por la animación de la Provincia.
A continuación, el Padre General tomó la palabra para decirnos que está contento de participar a este encuentro de los jóvenes religiosos y al que se asociaron dos postulantes venidos de Colombia. Para él es una riqueza. Subrayó también que la multiculturalidad es un encuentro con el otro en su diferencia. Es importante enraizarnos en nuestra familia asuncionista. Es importante también unirse en los estudios. Añadió después que “cuando se deje de estudiar en la congregación es que su tiempo habrá pasado”. Nuestros estudios son por el Reino. Explica también que algunos no entendieron bien cuando él dijo que los estudios no son una idolatría. Algunos pensaban que estaba en contra de los estudios; al contrario, él está por los estudios, porque él mismo ha hecho estudios superiores. Como sabemos, él es médico y tiene un master en teología. Sería entonces contradictorio decir eso. Cuando califica los estudios de idolatría se refiere a aquellos que ponen los estudios en primer plano, olvidando que en primer lugar son religiosos y pastores. Los estudios deben servirnos para anunciar, en la Asunción, el Reino. Sin ambición apostólica los estudios no sirven de nada.
Contó que el Consejo Provincial de África expulsó a siete hermanos de la casa de formación San Agustín, de Bulengera, en Butembo, por razón de la falta de disciplina. Estos hermanos no vivían la Regla de Vida. Para ellos, la primera preocupación era los estudios. En este sentido podemos hablar de los estudios como idolatría. La formación integral de la vida religiosa es importante. Actualmente en nuestra Congregación, tenemos 400 jóvenes en formación. En esta ocasión, el Padre General agradeció al Padre Juan Carlos Marzolla por haber enviado al hermano Cristian SANTANA VARGAS a Roma para realizar estudios de patrología.
En seguida, el Padre General indicó que, durante la formación religiosa asuncionista, antes de profesar los votos perpetuos, los religiosos harán un trabajo sobre el Padre Manuel d´Alzon. Este trabajo será automáticamente corregido por el Padre Vincent LECLERCQ, responsable de la formación a nivel de la Congregación. El Padre General nos ha señalado que cada uno de nosotros es responsable de su propia vocación, también de la de los demás hermanos.
El desafío que nos ha dejado el Padre Benoît es una pregunta: saber si amamos realmente a nuestra familia religiosa. Estamos llamados a amar nuestra cultura, porque no hay una cultura superior a las otras. Olvidar su cultura es olvidar su futuro. Pero también estamos invitados a la inculturación, a mirar la persona de Cristo que muchas veces trasgredió la ley y su cultura judía para salvar la vida. Para crecer en la inculturación tenemos a Cristo como nuestro modelo.
Estamos en Argentina, y por supuesto tenemos que amar la cultura argentina. El Padre Benoît nos dio el ejemplo de Madagascar, donde vivió como misionero y como profesor. Según él, en la universidad era muy difícil distinguir la pertenencia de los estudiantes, salvo en la cancha de fútbol, donde se podía distinguir a algunos con la polera de Don Bosco y a otros con la suya.
Por último, el Padre General nos invitó a compartir nuestra fe. Somos buscadores de Dios. El resumen de la vida religiosa se encuentra en las palabras de San Agustín: “Señor, tú nos hiciste para ti y nuestro corazón está inquieto hasta que descanse en ti”. Tener esto como resumen de la vida religiosa nos permite amar la misión y ser buenos misioneros.
Hay algunas Provincias que son misioneras y otras no. En el caso de la Provincia de Andina, —ahora vamos a celebrar 130 años de su existencia— tenemos solamente algunos jóvenes de Colombia y Ecuador.
La vida religiosa es un camino; por eso nos invitó el Padre General a tener cada uno un acompañante espiritual. Todos necesitamos un guía. Somos como cojos en el camino. Nos ponemos de pie gracias a los demás. No seamos corredores afuera del camino; el corredor es el que no necesita la ayuda de nadie para avanzar.
En noviembre, habrá un encuentro de Maestros de novicios, para reflexionar sobre el tema del acompañamiento espiritual, pero también sobre el voto de castidad. No tener un acompañante espiritual no es religioso. Dentro de poco vamos a recibir la Ratio Institutionis revisada. El Consejo está pensando abrir dos casas de formación, una en Manila, Filipinas, y otra en la Provincia de Europa.
El Padre Benoît terminó con estas palabras: “Que tengan esperanza, queridos hermanos, porque la esperanza es muy importante en la vida religiosa. Muchos religiosos salen de la Congregación por falta de esperanza. El verdadero signo de la esperanza somos nosotros mismos. ¡Que venga tu Reino, Señor!”.
El día 14 de marzo estuvimos de nuevo en la sala grande de la Casa de las Hermanas de Niño Jesús para seguir nuestro intercambio con el Padre Bolivar sobre el tema del Seguimiento a Jesús. El animador nos preguntó: ¿Qué vida religiosa para este tiempo? Religioso hoy ha de vivir desde Cristo. Abrirnos a los demás y a lo desconocido. Que nuestra vida muestre lo religioso que somos y que seamos apasionados del Reino. La raíz de nuestra acción es Dios. La fidelidad cuesta mucho. Somos seres humanos. No somos superhombres. Todos los días somos seres y pertenecemos a Dios como regalo. Necesitamos una oración cotidiana. Pertenecer a Dios es “sentirse ser parte de…”, y es la invitación a cargar la cruz unos a otros para marcar la unión y el espíritu comunitario. El Padre Bolivar nos llamó a continuación a desarrollar el espíritu de Ubuntu. El Ubuntu es un pensamiento africano que vehicula la idea según la cual “soy porque estamos”. Aquí encontramos la felicidad de compartir en la verdad todo lo que tenemos. Permanecer en el Señor es para siempre. Tenemos que sentirnos en casa, en la comunidad.
Por su parte, tomando la palabra, el Padre General nos recordó que él es el noveno sucesor directo del Padre Manuel d´Alzon y décimo Superior General de la Congregación. Después, nos recordó que el tema de esta mañana consistía en reflexionar sobre el carisma nuestro como Asuncionistas. Dentro de este carisma podemos hablar de la educación.
La educación no es solamente dar clases en los colegios, sino también en las parroquias. Es necesario que los jóvenes tengan marca. En este sentido nosotros como educadores somos llamados a la responsabilidad. No podemos abordar a los jóvenes como seductores sino como responsables. No somos compañeritos de los jóvenes, añadió el Padre General. Rechazar la seducción es signo de madurez. “Tenemos que encarnar esta madurez para que los jóvenes crean en nosotros. Lo mismo para los religiosos mayores, no deben mimetizarse con los jóvenes”. Nuestra vida religiosa está marcada por tres columnas: el amor a Jesucristo, el amor a la Virgen María su madre y el amor a la Iglesia su esposa. Mirando estas columnas estamos invitados a tener una actitud de responsabilidad para no caer en la ambigüedad.
El orgullo de pertenecer a la Asunción se demuestra en la capacidad de vivir nuestra identidad asuncionista. Los jóvenes tienen necesidad de la escucha. Y también de un religioso auténtico. Otra característica es la disponibilidad. Dios es el primero a ser servido. Deo dati significa dados a Dios. Eso es lo que estamos llamados a trasmitir a los jóvenes. Mostrar a los jóvenes lo que somos.
En cuanto a la preocupación por las vocaciones en nuestra Provincia Andina, el Padre General nos invitó a suscitar vocaciones. Podemos tomar el ejemplo de obediencia de los discípulos a la palabra de Jesús. Gracias a esta obediencia los discípulos sacaron muchos pescados. A un Asuncionista no le falta la esperanza. Tenemos que sentirnos como Asuncionistas.
Por su parte, el Padre Juan Carlos MARZOLLA, Provincial, nos invitó al respeto mutuo y a cuidarnos, a vivir el amor de Dios. Tenemos una tarea importante: la de comprometernos en la esperanza. El buen religioso se compromete adentro y no afuera. Tenemos que buscar el camino juntos. Que seamos responsables con nuestra vida. Que pensemos en la calidad y no en la cantidad. Que podamos renovar nuestro amor y compromiso con Jesús.
Hno. Théodard KASEREKA MASTAKI a.a.