(1890 – 2024)
Madre abadesa y toda esta comunidad eclesial:
Reunidos, como iglesia orante: laicos, monjas benedictinas y religiosos asuncionistas. Ante este altar del siglo XVIII, que ha sido testigo de las plegarias de miles y miles de personas y el lugar de múltiples ceremonias cristianas – católicas, sobresaliendo, por cierto, los millones de misas que aquí se han celebrado. ¡Este es un lugar santo de Chile!
Todo este predio, todas “Las Casas de Mendoza”, ayer acogida de las “Tandas de Ejercicios Espirituales”, luego “Escuela Apostólica Asuncionista” y hoy Abadía de la Asunción de Santa María, habitada por las monjas benedictinas, que son regalo de Dios que nos llegó desde el Monasterio de San Pelayo, Oviedo – España. ¡Este es un preciado lugar santo de Chile!
Aunque los separaron siglos, en su caminar por esta tierra, Benito y Manuel d´Alzon soñaron este lugar. Los sueños de Benito son propiedad de las monjas…
Yo me imagino aquella tarde que Manuel d´Alzon, agobiado por las tareas que tenía con el colegio, con la diócesis de Nimes – como Vicario general-, y con ese pequeño grupo de audaces y valientes varones jóvenes que serían la base de la Asunción de hoy, se tendió en su vieja y desgastada, pero señorial poltrona, regalada por su mamá y, por más que se aferraba a un libro, se durmió y Manuel soñó que un grupo, de sus compañeros que se iniciaban en la vida religiosa, sin saber nada de estos asuntos y que confiaban plenamente en d´Alzon, él los veía entrar a una estancia verde, abundante en árboles frondosos cuyas flores embriagaban el ambiente y el silencio solamente lo rompían numerosas y laboriosas abejas.
Luego vio inundaciones de un río que bajaba de una alta montaña, vio unos sacerdotes predicando en una lengua que él no conocía y los rostros de esa multitud estaban lejos de ser los de su pueblo.
Supo, en su sueño, que ahí se hablaría de él. Con amor filial.
De pronto vio un ramillete de damas consagradas que entraban a una capilla antigua y que alzaban sus voces alabando a Dios, porque para eso eran sus vidas, supo que eran contemplativas, como las que conocía en Nimes. Pero de pronto vio a todos esos hombres, mujeres, religiosas y religiosos bajo un inmenso manto o poncho y era el manto de María, llamada de la Asunción, del Carmen y de cuanto nombre hoy le conocemos.
Algún impertinente, despertó a Manuel de su siesta, pero el sueño lo vivió.
Manuel d´Alzon soñó este lugar.
Hoy se cumplen 134 años desde la llegada de los Religiosos Asuncionistas a este lugar santo.
Asuncionistas llegados de Francia a Mendoza-Rengo el 5 de noviembre de 1890.
Stéphane Chaboud (superior),
Géry Delalleau,
Adrien Buisson,
Thomas Darbois,
Marius Peysson
y los Hermanos
Santiago Cornelias,
Carlos Andrés Ropero,
Gregorio, Claudet
Manuel.
Las Monjas Benedictinas llegan de España a Mendoza-Rengo, el 8 de abril de 1983.
Estos son los nombres de las siete primeras Monjas Benedictinas enviadas a Chile desde el Monasterio de San Pelayo (Oviedo – España).
Isabel Arias Álvarez (priora)
Anselma de la Hoz Pérez
María Aurelia Álvarez Suarez
Esperanza Gutiérrez García
María Rosario García González
Soledad Noval Cases
María Ester Díaz Menéndez.
Todas estas monjas viven… Unas en el cielo y otras en la tierra. Una de ellas, en la abadía de Mendoza.
Hoy nos corresponde ser hermanas y hermanos (ser madres y padres), de una nueva generación. Los que hoy están naciendo, los veré desde el cielo, donde espero ir. ¡Gracias, por escucharme!
(El texto anterior lo leí durante la Eucaristía de hoy en la Abadía Benedictina de Mendoza-Rengo. Participaron varios hombres y mujeres de la comunidad parroquial de Rengo, entre ellos varios miembros de la “Alianza Laicos-Religiosos”)
Hno. Ramón Gutiérrez Pavez – Asuncionista
Rengo, 5 de noviembre de 2024.