DOMINGO V, C, PASCUA: …AMARNOS A DIOS EN LOS HERMANOS(AS)….

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Después de haber meditado el domingo pasado acerca del buen Pastor que
conoce y cuida de sus ovejas, en este quinto Domingo de Pascua, la Palabra de Dios nos invita a reflexionar acerca del mandamiento del amor: “Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros. En esto se reconocerá que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros…” (Jn 13, 31-35)
En un momento fuerte de despedida de sus discípulos, Jesús les quiere dejar algún
recuerdo y una recomendación nueva: el mandamiento de amor. Este va ser el resumen de toda la ley cristiana. Amamos a los demás porque somos amados gratuitamente por Dios que entregó a su Hijo Jesús por nosotros para que vivamos de su mismo amor. “El Señor es clemente y misericordioso, lento a la cólera y rico en piedad; el Señor es bueno con todos, es cariñoso con todas sus criaturas” (Salmo 144, 8).
El primer mandamiento de Dios nos invita a adorar a Dios y amarlo por sobre todas
las cosas, y a amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos.
El amor que Dios nos tiene es el fundamento y el pilar sobre el cual reposa nuestro amor hacia los demás.
No podemos pretender amar a Dios que no vemos, si no amamos verdaderamente la
gente que nos rodea. San Juan nos lo recalca claramente: «Si no amamos al prójimo a quien vemos ¿cómo vamos a amar a Dios a quien no vemos?» (1 Jn 4,20).
El amor que recibimos de Dios nos motiva a amar a los demás sin condición y sin esperar nada en cambio. Es decir que “el verdadero amor Dios va unido al amor al prójimo” (Oremus). Queda claro que a nadie debemos excluir de nuestro amor; debemos amar incluso a nuestros enemigos: “Amen a sus enemigos, oren por sus perseguidores” (Mt 5, 44).
Para ir concretizando nuestra reflexión: ¿qué significa esto de vivir en el amor? ¿Qué obras debemos realizar como signo de misericordia (del amor) para con el prójimo?
Amarnos mutuamente implica que estamos llamados a:
* enseñar al que no sabe
* dar buen consejo al que lo necesita
* corregir al que se equivoca
* consolar al triste
* perdonar a las injurias
* compadecerse de los defectos del prójimo y ayudarle a levantarse
* rezar por los demás: los vivos y los muertos
* dar de comer al hambriento
* dar de beber al sediento
* vestir al desnudo
* recibir al peregrino, al vagabundo, al forastero
* libertar al cautivo
* visitar a enfermos y presos
En la capacidad de amar está la sabiduría verdadera y la semejanza auténtica con nuestro Dios cuyo nombre verdadero es el AMOR. Con justa razón dice San Agustín:
“Ama y haz lo que quieras. Si guardas silencio, hazlo por amor; si gritas, hazlo por amor; si corriges, corrige por amor; si perdonas, perdona por amor; si la raíz es el amor profundo, de tal raíz no se pueden conseguir sino cosas buenas” (San AGUSTÍN, In Epistolam Ioannis ad Parthos VII,8). ¡Que vivamos animados por el amor en lo que hagamos!

P. Bolivar Paluku aa